Imagen: Meridiano
En la vida nada está escrito y el deporte no escapa de ello.
Pronósticos, que otorgaban cierto favoritismo a los Dodgers de Los Ángeles, incluso a los Yankees de Nueva York, para coronarse en la Liga Americana, no contaron con la garra de los Astros de Houston, que hoy conquistaron el preciado anillo de campeones de la Serie Mundial de las Grandes Ligas por 5-1 en el máximo de partidos, siete.
Y es que el beisbol, es eso: sorpresa. Es magia, estrategias, movimientos, tensión, alegría, pasión. Trabajo en equipo, comparable con el de una empresa, en dónde cada puesto, desde el más alto hasta el inferior, ejerce un papel fundamental en la derrota o el éxito.
Los Astros, se inspiraron y consiguieron demostrar todo ésto, en una labor que comenzó a principios de año y que hoy se vió cristalizado. Meses de ardua actividad, de invalorable esfuerzo. Recompensa para sus aficionados y para una ciudad que en el reciente agosto, fue víctima de lamentables huellas de destrucción que ocasionó a su paso el Huracán Harvey.
Tal vez allí radicó la energía extra del equipo, comprobando que las emociones pueden ser utilizadas para grandes propósitos.
Houston a partir de ahora, se desborda en euforia, se reconstruye en esperanza. Se olvida por un momento de los vientos y lluvias que tocaron su tierra, para elevarse a lo alto y festejar a sus estrellas.
De ser el ojo del huracán al privilegio de la mira mundial, por tan memorable hazaña.
De la catástrofe a la convicción.
Del abatimiento a la fortaleza.
Mención especial a los representantes latinos del conjunto. Héroes y ejemplo para sus países.
La Major League Baseball tiene nuevo triunfador.
Enhorabuena Astros de Houston.
Carmen Helena Aguilar.
TurismoOnline.mx
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